Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; presentándote tú mismo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros. (Tito 2:7-8)

El apóstol Pablo está dándole a su discípulo Tito, una serie de recomendaciones, con el fin de que se proponga cuidar que siempre la sana doctrina esté presente en la Iglesia en la cual, lo había puesto a pastorear; los historiadores coinciden en indicar que este discípulo era un hombre joven, aunque no se sabe exactamente su edad, pero se presume que por supuesto era mucho más joven que el apóstol Pablo y tenía aún mucho por aprender; no obstante, fue un hombre tan entregado al Señor, que el apóstol Pablo lo tenía como su compañero en el ministerio. Esto muestra claramente que, una persona por joven que sea siempre podrá ser ejemplo ante otros y tener integridad, al punto que nadie tenga por qué señalarlo; por el contrario, estará siempre disponible para ganar a otros para Cristo.

Queridos jóvenes, no escatimen esfuerzos, es ahora cuando pueden aprovechar esos impulsos y su deseo de agradar a Dios, para realizar grandes cosas para Él. No te dejes intimidar porque eres muy joven, recuerda que delante de Dios, todos somos iguales; pero lo que sí te es necesario y de gran importancia adquirir es humildad y obediencia; estos dos atributos te harán una persona siempre sabia, no tendrás problemas con las tentaciones y serás un discípulo fiel, alguien que se deja gobernar; esto es lo que precisamente te dará autoridad delante de la gente que te rodea, y algo que están esperando los jóvenes allá afuera. ; así que de ti depende en gran manera, el que tu ministerio crezca; no se trata solamente de orar, es necesario actuar. Bendiciones.

© 2015 Misión Paz
Subir
Encuéntranos: