RESPLANDOR

RESPLANDOR

“Por lo tanto, procuremos que haya armonía en la iglesia y tratemos de edificarnos unos a otros.” Romanos 14:19

En muchos de los lugares que debemos compartir con otras personas, nos sucede que no siempre podemos abordarlas con la armonía necesaria para llevarnos bien con ellas. En la iglesia, por ejemplo, sería muy feliz satanás si logra que tu esfuerzo decaiga y creamos dificultades y sometimientos de otros. Pablo en la escritura nos recuerda que el objetivo es la armonía y la edificación. Aquí algunos tips para ello:
A. Somos diferentes, pensamos diferente.
Si tu resplandor alcanza solo hasta los tres metros, intenta ofrecer tu luz más cerca. Asimismo, es necesario que entendamos que no todo es como yo considero, no todos tendrán que hacer lo que digo. No presiones a que otros hagan o digan lo que tú piensas. No es tu superioridad lo que va a hacer que otros resplandezcan, por el contrario, podrías estar apagando una luz.

1. Reconoce.
   ¿Sabías que Cristo murió por TODOS para que entendiéramos su amor y propósito? Somos valiosos, importantes. Pero no pocas veces hemos tomado decisiones que lastiman a los demás, conllevamos desprecio, burla y discriminación. Todos tenemos oportunidades, sueños, habilidades y talentos que se unen a la creatividad y nos permiten avanzar en el propósito del Señor.
2. Enfócate.
   ¿Muchas cosas nos llenan la agenda del día, pero realmente priorizamos lo más importante? Asimismo, muchas circunstancias nos limitan en la relación hacia otros. Tenemos pensamientos que van contra los demás y nos guardamos la primera impresión, aunque reconozcamos que daña su propia personalidad. Si tu resplandor está dirigido a su espíritu y su corazón, podremos extender nuestras manos para apoyarles en toda circunstancia incómoda que corrompe el ambiente.
3. Resplandece en otros.
   Que tu compromiso sea siempre el preguntarte cómo ayudar a otros. Es necesario que tu esfuerzo, tu luz, acompañe procesos de crecimiento a muchos. Edifica a quienes te rodean. Qué tal si empiezas con hablar bien, enviar mensajes llenos de fe, hacer que una promesa de Dios esté en todos los contactos de WhatsApp. Eres faro en medio de las tinieblas.

Deja atrás lo que conlleva división y enciende tu resplandor para que muchos se centren en la armonía y la edificación de miles.