Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.
Santiago 1:6
La duda es un gran enemigo, pues nos tendrá constantemente con la incertidumbre de no saber si algo sucederá o no.
Dudar cuando estamos con Dios, solo muestra la poca confianza que tenemos en su gran poder, Él es omnipresente y omnipotente, es decir, que para el no hay límites de tiempo, distancia o circunstancia. Cada vez que nos acerquemos a el debemos estar seguros y firmes creyendo que aquello que estamos pidiendo delante de Él, lo tomará en sus manos y obrará en ello conforme a su propósito en nuestras vidas, para ser firmes en nuestra fe es necesario ser pacientes y perseverantes si dejar de confiar en sus promesas y que aquello que pedidos Él lo hará.
Oremos:
Dios haz de mi una persona más firme en mi fe, teniendo la seguridad y confianza en que eres un Dios omnipotente y omnisciente quien obra de acuerdo a su voluntad en mi vida. Gracias porque puedo pedir sin dudar.
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